jueves, 4 de junio de 2009

HABLAR DE ANUNCIOS EN LA ESCUELA

http://redalyc.uaemex.mx/redalyc/pdf/158/15800507.pdf

CUANDO LA PUBLICIDAD ENTRA EN LA ESCUELA

El lanzamiento en Estados Unidos de la cadena de televisión Channel One en la primavera de 1990 en 400 establecimientos secundarios de todo el país constituyó una auténtica revolución comercial. Este proyecto de emisiones escolares con espots publicitarios se debió a Christopher Whittle, un audaz empresario de Tennesee especializado en medios de comunicación que había creado un imperio imaginando nuevas formas de hacer llegar a los norteamericanos la publicidad y el marketing.
“En un mundo perfecto correspondería al gobierno y no a los hombres de negocios ofrecer este tipo de programas”, reconocía en esa época. Afirmaba bromeando que los alumnos estadounidenses creían que Chernobil era un apellido (Cher Nobil), prueba de que necesitaban con urgencia emisiones de actualidad.
En Estados Unidos la publicidad había entrado en las escuelas mucho antes de Channel One. Los alumnos estaban acostumbrados a los tableros con información deportiva patrocinados por Coca-Cola o Pepsi, y a los anuncios en los anuarios o los periódicos de las escuelas. Pero la difusión en los establecimientos escolares de un telediario “especial para adolescentes” causó sensación.

Ver todo el artículo en http://www.unesco.org/courier/2000_04/sp/apprend.htm

sábado, 30 de mayo de 2009

PUBLICIDAD EN ESCUELAS DE ESTADOS UNIDOS

La página web http://www.batiburrillo.net/ anunciaba el 08 de Marzo de 2007 la noticia de la intromisión de la publicidad en los centros educativos de Estados Unidos. Transcribimos la noticia literalmente porque no tiene desperdicio.
En España está prohibido, pero en Estados Unidos no es así. En las escuelas de este país está permitido comer el coco de los alumnos con anuncios publicitarios, tanto en los pasillos, como en los lavabos, en el patio o en las aulas. Las grandes empresas han encontrado en la escuela un gran filón para vender sus productos.

Existe una cadena de televisión, “Channel One” que ha dotado a los centros educativos de todos los medios para que haya televisores repartidos por las distintas dependencias. Los alumnos tienen que atender a la programación de la cadena al menos durante 12 minutos diarios. Además de la publicidad subliminal inmersa en estos programas, tienen que soportar también al menos dos minutos de consejos publicitarios cada día.

Aunque la citada cadena propugna su función periodística, se sabe que esto no es así. Su negocio se dirige en otra dirección. Entre la información meteorológica, los deportes y las noticias de actualidad, se cuelan los anuncios de Nabisco, Pepsi o Proctor & Gamble. El ejército estadounidense también muestra consignas con fines de reclutamiento. La cadena puede recibir 200.000 dólares por un anuncio de 30 segundos.

Las compañías que se publicitan en dicha cadena regalan también lecciones para que los profesores utilicen con sus alumnos. Algunas tan aleccionadoras como la de “Sopas Campbell”. Hay que comparar la viscosidad de sus salsas con las de sus rivales.

Algunas compañías, a través de los gustos de los estudiantes, extraen conclusiones que servirán para promocionar sus productos. Así Zapme! regaló ordenadores a las escuelas con el fin de espiar los hábitos de navegación en Internet de los estudiantes y extraer conclusiones con fines promocionales. Empresas como Coca Cola o Pepsi Cola pagan cerca de 20 dólares por alumno con el fin de que en las máquinas expendedoras de bebidas de los centros los niños sólo consuman bebidas de sus marcas.

Esperemos que nuestro afán de copiar todo lo que se cuece en Estados Unidos no nos lleve a utilizar los mismos métodos en nuestro país. Sería deprimente y desalentador.